Enlaces a las páginas anteriores del KKE

Los sitios internacionales cambian poco a poco a un nuevo formato. Puede encontrar las versiones anteriores de las páginas que ya están actualizadas (con todo su contenido) en los enlaces siguientes:

 

Τeleconferencia de la Ιniciativa Comunista Europea sobre el 100 aniversario de la URSS Discurso del Secretario General del CC del KKE, Dimitris Koutsoumbas

Estimados camaradas:

Los acontecimientos internacionales y nacionales a los 100 años de la fundación de la URSS, confirman la necesidad de enriquecer nuestra percepción programática sobre el socialismo, incorporando toda la experiencia positiva y al mismo tiempo negativa del propio curso de la construcción socialista en el siglo XX, sacando conclusiones valiosas de la victoria de la contrarrevolución, sobre todo en la URSS.

Tenemos plena conciencia de que la revitalización de la fe en el socialismo, está vinculada tanto con la elaboración de una estrategia revolucionaria para la transición al socialismo, la evaluación objetiva de todo el curso de la construcción socialista, como la interpretación de las causas del predominio de la contrarrevolución y, en última instancia, de la restauración capitalista.

Consideramos que este deber es imperativo y maduro para nuestro Partido, como lo es para cada Partido Comunista. Desde hace un siglo, los ataques burgueses contra el movimiento comunista, a menudo bajo la forma de un elitismo intelectual, han concentrado su fuego sobre el núcleo revolucionario del movimiento obrero; luchan, en general, contra la necesidad de la revolución y su consecuencia política, la dictadura del proletariado que es el poder revolucionario de la clase obrera. En particular, luchan contra el resultado de la primera revolución victoriosa, la Revolución de Octubre en Rusia, oponiéndose ferozmente a toda fase en la que la Revolución desenmascaró y repelió las acciones contrarrevolucionarias y los obstáculos oportunistas, que, en el análisis final, debilitan, directa o indirectamente, la Revolución a nivel social y político.

 

Desde hace un siglo, toda corriente que niega, rechaza o abandona la necesidad de la lucha revolucionaria, está siendo promovida como “socialismo democrático”, en oposición al denominado comunismo “totalitario”, “dictatorial” o “golpista”. Somos muy conscientes de estos ataques y calumnias contra el comunismo científico, contra la lucha de clases, que se refieren no solo a las condiciones bajo el capitalismo, sino también, bajo formas y condiciones diferentes, al proceso de formación de las nuevas relaciones sociales, así como a su expansión y maduración en relaciones comunistas.

Por este motivo, en la discusión sobre la “democracia socialista” se utilizan diferentes varas de medir para juzgar acontecimientos que tuvieron lugar durante uno u otro período, con el objetivo explícito de eliminar la contribución de la construcción socialista. En algunos casos se niegan totalmente los 70 años de la historia de la URSS, en otros se ataca específicamente el período en que se establecieron las bases socialistas. En cualquier caso, siempre se apoyan las prácticas políticas que constituyeron desviaciones del rumbo socialista.

El KKE se mantiene firme en la defensa de la contribución del curso socialista en la URSS, en general durante la la construcción socialista en el siglo XX, de la lucha por el progreso social y por la abolición de la explotación del hombre por el hombre. Hoy nuestro Partido es ideológicamente más armado y tiene más experiencia política para rebatir las intervenciones ideológicas de los centros burgueses.

Hemos estudiado y seguimos reflexionando y estudiando aún más el inexorable rumbo de la lucha de clases para la transición a la nueva sociedad, su fundación y desarrollo, la expansión y profundización de las nuevas relaciones de producción y distribución, y de todas las relaciones sociales y la conformación del nuevo hombre.

Señalamos las contradicciones, los errores y las desviaciones que se produjeron bajo la presión y la correlación de fuerzas internacional, sin anular la contribución de la URSS y del socialismo.

Examinamos los acontecimientos de forma crítica y autocrítica para que el KKE, como parte del movimiento comunista internacional, se ponga más fuerte en la lucha por el derrocamiento del capitalismo, por la construcción del socialismo. Al mismo tiempo, consideramos que nuestras propias debilidades, deficiencias teóricas y análisis erróneo, también fueron parte del problema del MCI.

Somos conscientes de que los futuros estudios históricos realizados por nuestro Partido y a nivel internacional por el movimiento comunista, sin duda iluminarán aún más los temas relativos a la experiencia de la URSS y del resto de países socialistas. De todos modos, el desarrollo de la teoría del socialismo-comunismo es una necesidad, un proceso vivo, un desafío para nuestro Partido y para el movimiento comunista internacional, hoy y en el futuro.

 

LAS DOS TREINTENAS Y LA EXISTENCIA DE LA URSS  (1922 – 1956 y 1956 - 1991) Y LA TREINTENA DE LA BARBARIE CAPITALISTA CONTEMPORÁNEA TRAS LA DISOLUCIÓN DE LA URSS (1991 – 2022)

Camaradas:

Este 30 de diciembre de 2022 se cumplen 100 años de la fundación de la URSS que tuvo lugar el 30 de diciembre de 1922. Estos 100 años que han pasado de aquel momento histórico habrá que abordarlos respondiendo al mismo tiempo a ciertas preguntas cruciales:

Primero: ¿la fundación de la URSS tras la Gran Revolución Socialista de Octubre, tuvo un efecto positivo para los pueblos y las nacionalidades de la propia Unión Soviética, así como para los demás pueblos del mundo?

Segundo: ¿Fue un curso ascendente, positivo en todos sus aspectos, sin errores, debilidades, deficiencias, retrocesos? Si no ¿a qué se deben los aspectos negativos, dónde se encontraban, qué los provocó? ¿Fueron estos los que tuvieron un impacto y al final llevaron a la disolución de la URSS, al derrocamiento del sistema socialista?

Tercero: ¿El mundo se hizo mejor o peor después de la disolución de la URSS? ¿Los pueblos de todo el mundo se vieron beneficiados o perjudicados por este primer gran retroceso de la humanidad, que de un “asalto al cielo” se convirtió en un deslizamiento trágico a las “profundidades de Hades”?

La periodización en general está lejos de nuestra lógica. Pero permítanme no evitarla, haciendo una evaluación objetiva de estos 100 años que han transcurrido desde entonces (1922 – 2022).

Por supuesto, antes de todo esto, había precedido todo un período durante el cual el desarrollo del capitalismo y la lucha de clases había traído inevitablemente el comunismo al primer plano histórico. Del “Manifiesto del Partido Comunista” de Marx-Engels en 1848, y la primera revolución proletaria de la Comuna de París en 1871, hasta el triunfo de la Revolución Socialista de Octubre en Rusia en 1917.

La revolución de 1917 fue el punto de partida de uno de los mayores logros de la civilización en la Historia de la humanidad, la abolición de la explotación del hombre por el hombre. Una revolución que prevaleció a través de la dirección del Partido de Lenin en Rusia, con los fuertes estados imperialistas en su contra, a través de la alianza de la Entente, con una intervención para sofocar la revolución, con una guerra civil feroz por el poder viejo, los dueños de la riqueza y el predominio final victorioso hasta el establecimiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, a finales de 1922.

Así comenzó el nuevo curso histórico de la URSS desde el 30 de diciembre de 1922 hasta el 26 de diciembre de 1991, cuando la bandera roja con la hoz y el martillo bajó del Kremlin, con la esperanza de la humanidad a apartarse del faro, es decir la Unión Soviética, que había iluminado durante todas estas décadas los pueblos, y a pasar de nuevo y exclusivamente a la lucha de los pueblos.

 

 

La contribución del socialismo en los años de existencia de la URSS

En total, en los 69 años de existencia de la URSS, a pesar de cualquier problema, el sistema socialista demostró la superioridad del socialismo ante el capitalismo, las enormes ventajas que proporciona al trabajo y a la vida de los trabajadores.

La Unión Soviética y el sistema socialista mundial constituyeron el único contrapeso real a la agresión imperialista. El papel de la Unión Soviética en la Victoria Antifascista de los Pueblos, en la II Guerra Mundial, fue decisivo. Las victorias del Ejército Rojo propagaron significativamente el desarrollo de los movimientos de liberación nacional y antifascistas, dirigidos por Partidos Comunistas. En países de Europa central y oriental la lucha antifascista, con la contribución decisiva de la URSS, estaba vinculada al derrocamiento del poder burgués.

Los estados socialistas dieron ejemplos históricos de solidaridad internacionalista hacia los pueblos que luchaban contra la explotación, la ocupación extranjera y la intervención imperialista. Contribuyeron decisivamente a la liquidación del colonialismo y a la limitación de los conflictos y enfrentamientos militares.

Los avances para los trabajadores en los Estados socialistas, durante muchas décadas, fueron un punto de referencia y contribuyeron a las conquistas obtenidas por el movimiento obrero y popular en las sociedades capitalistas. La correlación de fuerzas internacional que se formó tras la II Guerra Mundial obligó a los estados capitalistas, hasta cierto punto, a retroceder y maniobrar para tratar de contener la línea revolucionaria de lucha y para crear condiciones en que el movimiento obrero pudiese ser asimilado.

La abolición de las relaciones capitalistas de producción liberó a las personas de las ataduras de la esclavitud asalariada y despejó el camino de la producción y el desarrollo de las ciencias con el objetivo de satisfacer las necesidades populares. De esta manera, toda la población tenía garantizado el trabajo, la sanidad y la educación públicas y gratuitas, la provisión de servicios asequibles por parte del Estado, la vivienda y el acceso a la creación intelectual y cultural. La completa erradicación del terrible legado del analfabetismo, combinada con el incremento del nivel general de educación y especialización, y la abolición del desempleo, constituyen logros únicos del socialismo.

En la Unión Soviética, la jornada laboral fue una de las más cortas del mundo. Todos los trabajadores tenían días de descanso garantizado y vacaciones anuales pagadas. Se amplió el tiempo libre y se modificó su contenido, transformándose en un tiempo para el desarrollo del nivel cultural y educativo de los trabajadores, para el incremento de su participación en el poder obrero y en el control de administración de las unidades de producción.

La Seguridad Social de los trabajadores era un prioridad absoluta del Estado socialista. Se creó un amplio sistema de prestaciones por retiro con el importante logro de bajas edades de jubilación (55 años para las mujeres, 60 años para los hombres). El poder socialista sentó las bases para la abolición de la desigualdad de las mujeres, superando las grandes dificultades que objetivamente existían. El socialismo aseguró en la práctica el carácter social de la maternidad, y la atención infantil.

La dictadura del proletariado, el poder obrero revolucionario, como Estado que expresaba los intereses de la mayoría de los explotados y no de la minoría de los explotadores, demostró ser una forma superior de democracia. Por primera vez en la Historia, la unidad de producción se convertía en el núcleo de la democracia, con la participación representativa de los trabajadores en el poder y en la administración, la posibilidad de elegir de entre ellos mismos y revocar a los representantes en los niveles superiores de poder. El poder obrero sacó de la marginalidad a las masas y se desarrollaron un gran número de organizaciones de masas: sindicales, culturales, educativas, de mujeres, juveniles, donde la mayoría de la población estaba organizada.

La propaganda burguesa y oportunista, al hablar de falta de libertad y regímenes anti-democráticos, proyecta los conceptos de “democracia” y “libertad” con su contenido burgués: identifica la democracia con el parlamentarismo burgués, la libertad con el individualismo burgués y la propiedad privada capitalista. La esencia real de la libertad y la democracia bajo el capitalismo es la coerción económica de la esclavitud asalariada y la dictadura del capital en la sociedad en general y en las empresas capitalistas en particular.

La Revolución de Octubre inició un proceso de igualdad entre las naciones y las nacionalidades, en el marco de un gran Estado multinacional y marcó la dirección para la resolución de los problemas nacionales al abolir la opresión nacional en todas sus formas y manifestaciones. Este proceso, sin embargo, fue socavado a lo largo del proceso de la erosión de las relaciones socialistas y fue completamente finiquitado con los acontecimientos contrarrevolucionarios de los 80.

Las conquistas que, indudablemente, se lograron en los Estados socialistas, teniendo en cuenta su punto de partida y también el nivel de vida de los trabajadores en el mundo capitalista, demuestran que el socialismo tiene un potencial intrínseco para la mejora significativa y continua de la prosperidad social y el desarrollo de la personalidad humana.

La contribución y la superioridad de la construcción socialista en la URSS deben juzgarse en relación con la estrategia del cerco imperialista, que generó grandes desastres y continuos obstáculos y amenazas.

 

Evaluación del curso de la construcción socialista en la URSS desde su fundación (1922) hasta la transformaciónoportunista y los errores, que llegó hasta el ataque final de las fuerzas contrarrevolucionarias, resultando a su disolución (1991)

El primer período de la construcción socialista hasta la II Guerra Mundial se enfrentó al problema básico y principal de la abolición de la propiedad capitalista y de la gestión planificada de los problemas sociales y económicos que se habían heredado del capitalismo y se exacerbaron por el cerco y la intervención imperialista. Durante este período, el poder soviético redujo drásticamente la profunda desigualdad que la revolución había heredado del imperio zarista.

En el período 1917-1940, el poder soviético logró principalmente éxitos. Llevó a cabo la electrificación e industrialización de la producción, la expansión de los medios de transporte, la mecanización de una gran parte de la producción agrícola. Se inició la producción planificada y se alcanzaron niveles impresionantes en el desarrollo de la producción industrial socialista. Se desarrollaron con éxito las capacidades productivas domésticas en todas las ramas industriales. Se crearon las cooperativas de producción (koljoses) y las granjas estatales (sovjoses), y así se estableció la base para la expansión y predominio de las relaciones socialistas en la producción agrícola. Se llevó a cabo la “revolución cultural”. Comenzó la formación de una nueva generación de especialistas y científicos comunistas. El logro más importante fue la completa abolición de las relaciones capitalistas de producción, con la abolición de la venta de la fuerza de trabajo, poniéndose así la base para la nueva formación socio-económica.

Hasta la II Guerra Mundial se fueron creando las bases para la nueva sociedad. Se estaba llevando a cabo con éxito la lucha de clases que llevaría a la abolición de las relaciones capitalistas y a la supremacía del sector socializado de la producción sobre la base de la Planificación Central. Se lograron resultados impresionantes en cuanto al crecimiento de la prosperidad social. 

Tras la II Guerra Mundial y la reconstrucción posbélica, la construcción socialista entró en una nueva fase. El Partido se enfrentó a nuevas exigencias y desafíos. El XX Congreso del PCUS (1956) es un punto de inflexión, puesto que en ese congreso se adoptaron una serie de posiciones oportunistas sobre temas económicos, sobre la estrategia del movimiento comunista y las relaciones internacionales. La correlación de fuerzas en la lucha que existió durante todo el período anterior se vio alterada consolidándose un giro a favor de las posiciones revisionistas-oportunistas en el XX Congreso, con el resultado de que el Partido gradualmente comenzó a perder sus características revolucionarias.

La resistencia social (de los campesinos koljosianos, ejecutivos de la producción agrícola y la industria) a la necesidad de una ampliación y profundización de las relaciones socialistas de producción se expresó, a nivel político e ideológico, en una lucha interna del partido a comienzos de los años 50. El duro debate que terminó con la aceptación teórica de la ley del valor como ley del socialismo llevó a decisiones políticas con consecuencias inmediatas y fuertes en el rumbo del desarrollo socialista, en comparación con el período de preguerra, cuando el atraso material había hecho que el efecto de estas posiciones teóricas fuera menos dañino.

Estas fuerzas se expresaron políticamente a través de las posiciones adoptadas en las resoluciones del XX Congreso del PCUS que demostró ser el congreso de la supremacía de la desviación derechista oportunista. Se fueron adoptando decisiones políticas que ampliaban las relaciones mercancía-dinero (potencialmente capitalistas), en nombre de la corrección de las debilidades de la Planificación Central y de la administración de las unidades productivas socialistas.

Para solucionar los problemas que surgieron en la economía, se utilizaron medios y vías que pertenecían al pasado. Con la promoción de las políticas “de mercado”, en lugar del reforzamiento de la propiedad social y la Planificación Central, de la homogeneización de la clase obrera (con la ampliación de las capacidades para la multi-especialización, la alternancia en la división técnica del trabajo), de la participación obrera en la organización del trabajo, el control obrero de abajo arriba, se comenzó a fortalecer la tendencia contraria. En tales circunstancias, el nivel de conciencia social comenzó a retroceder gradualmente. Se perdió la experiencia previa y la efectividad de la industria soviética y del movimiento estajanovista en el control de calidad, en la organización y administración más efectivas, en las intervenciones para la conservación del material y el tiempo de trabajo etc.

Este desliz teórico y el correspondiente paso atrás político en la URSS tuvo lugar durante una nueva fase cuando el mayor nivel de desarrollo de las fuerzas productivas necesitaba un correspondiente desarrollo de la Planificación Central. Es decir, había madurado la necesidad de una profundización en las relaciones socialistas.

En los 80, el oportunismo a través de la perestroika se convirtió plenamente en una fuerza contrarrevolucionaria traidora.

Una nueva opción oportunista fueron las resoluciones del XVII Congreso (1986). A continuación, fue promovida la contrarrevolución con la aprobación de la ley (1987) que legitimaba institucionalmente las relaciones capitalistas, bajo la aceptación de diversas formas de propiedad. Las fuerzas comunistas coherentes que reaccionaron en la fase final de la traición, en el XXVIII Congreso del PCUS, no lograron denunciar adecuadamente esas posiciones ni organizar la reacción revolucionaria de la clase obrera.

Consideramos que la línea de “coexistencia pacífica”, tal como fue desarrollada en el período posterior a la II Guerra Mundial, hasta cierto punto en el XIX Congreso (octubre de 1952) y principalmente en el XX Congreso del PCUS (1956), reconocía la brutalidad imperialista y la agresión de EE.UU y Gran Bretaña y de ciertas secciones de la burguesía  y sus respectivas fuerzas políticas en los estados europeos capitalistas occidentales, pero no como un elemento integral del capitalismo monopolista, del imperialismo. De esta manera se permitió el desarrollo de visiones utópicas como la de que es posible para el imperialismo aceptar a largo plazo la coexistencia con fuerzas que han roto su dominación mundial.

La estrategia unificada del capitalismo contra los estados socialistas y el movimiento obrero en los países capitalistas fue subestimada. No se analizaron correctamente las contradicciones entre los estados capitalistas que indudablemente contienen el elemento de la dependencia, como es inevitable en la pirámide imperialista.

La actitud de muchos partidos comunistas hacia la socialdemocracia era parte de esta estrategia. La visión de que la socialdemocracia estaba dividida en un ala “izquierda” y en un ala “derecha” fue dominante en los partidos comunistas, debilitando seriamente la lucha ideológica contra la socialdemocracia. En nombre de la unidad de la clase obrera, los partidos comunistas hicieron una serie de concesiones ideológicas y políticas, mientras que las declaraciones con respecto a la unidad que venían del lado de la socialdemocracia no apuntaban al derrocamiento del sistema capitalista, sino a la separación de la clase obrera de la influencia de ideas comunistas y su alienación como clase.

En Europa Occidental, en las filas de muchos partidos comunistas, bajo el pretexto de las peculiaridades nacionales de cada país, fue dominante la corriente oportunista del “eurocomunismo”, que negaba las leyes científicas de la revolución socialista, la dictadura del proletariado y en general la lucha revolucionaria.

La interacción recíproca del oportunismo del momento entre los partidos comunistas de los países capitalistas y los partidos comunistas gobernantes se reforzó en las condiciones de temor a un ataque nuclear contra los países socialistas, de agudización de la lucha de clases dentro de los Estados socialistas (Europa oriental y central) y de nuevas guerras imperialistas (p.ej contra Corea, Vietnam). Las tácticas flexibles del imperialismo tuvieron un impacto en el desarrollo del oportunismo en los partidos comunistas de los Estados socialistas, en el socavamiento de la construcción socialista y de la lucha revolucionaria en la Europa capitalista y en todo el mundo. Así, directa e indirectamente, se reforzó la presión imperialista sobre los Estados socialistas.

 

Camaradas:

En general, la dirección que se hizo predominante puede analizarse hoy no sólo teóricamente, sino también por medio de sus resultados. Después de un curso de aplicación de esas reformas en la URSS, los problemas se habían agudizado claramente. El estancamiento apareció por primera vez en la historia de la construcción socialista. El retraso tecnológico siguió siendo una realidad en la gran mayoría de las empresas. Empezaron a escasear muchos productos de consumo y surgieron problemas adicionales en el “mercado”, puesto que las empresas provocaban subidas artificiales de precios, acumulando las mercancías en almacenes o suministrándolas en cantidades controladas.

Su índice importante que refleja el retroceso de la economía soviética en los años 70 fue la pérdida de peso de la URSS en la producción mundial de materias primas industriales y de manufacturas.

La cada vez mayor interacción de elementos de mercado en la producción social directa del socialismo la debilitó. Condujo a un descenso en las dinámicas de desarrollo socialista. Fortaleció los intereses a corto plazo individuales y grupales (con un incremento en las diferencias salariales entre trabajadores en cada empresa, entre los trabajadores y el mecanismo de gestión, entre diferentes empresas) frente a los intereses globales de la sociedad. Con el paso de tiempo se crearon las condiciones sociales para el surgimiento de la contrarrevolución y su victoria final con la perestroika como vehículo.

Con estas reformas se creó la posibilidad de que, cantidades de dinero que se habían acumulado inicialmente por medios ilegales (contrabando, etc), fueran invertidas en el mercado negro (ilegal). Estas oportunidades fueron principalmente para funcionarios de las capas gestoras de las empresas y los sectores de la producción, cuadros de los koljoses y los cuadros del comercio exterior. La Fiscalía General de la URSS disponía de datos relativos a la denominada “para-economía” (economía paralela). Según estas estadísticas, una parte importante de la producción cooperativa o estatal agrícola se canalizaba hacia los consumidores por vías ilegales.

Se ampliaron las diferencias de ingresos entre los productores agrícolas individuales, los koljosniks, así como la oposición a la tendencia al fortalecimiento del carácter directamente social de la producción agrícola. Una parte de los campesinos y de los cuadros gestores de los koljoses, que se estaban enriqueciendo, se vio fortalecida como capa social que dificultaba la construcción socialista. Las diferencias sociales en la industria fueron aún más intensas con la concentración de los “beneficios empresariales”. El denominado “capital sombra”, resultado no solo de los beneficios empresariales sino también del mercado negro, de actos criminales de malversación del producto social, buscaba funcionar legalmente como capital en la producción, es decir, la privatización de los medios de producción y el restablecimiento del capitalismo. Los propietarios de este capital formaron la fuerza social impulsora de la contrarrevolución. Utilizaron su posición en los organismos estatales y del partido y el apoyo de sectores de la población dubitativos que eran vulnerables a la influencia de la ideología burguesa  y a vacilaciones. Estas fuerzas directa o indirectamente influenciaron al Partido, fortaleciendo su erosión oportunista y su degeneración contrarrevolucionaria, que se expresó con políticas como la “perestroika” que buscaban la consolidación institucional de las relaciones capitalistas. Esto se logró tras la perestroika, con el derrocamiento del socialismo.

Camaradas:

la construcción socialista es un proceso ininterrumpido, que comienza con la toma del poder por la clase obrera. Inicialmente se crea un nuevo modo de producción que predomina básicamente a través de la abolición completa de las relaciones capitalistas, dela relación entre capital y trabajo asalariado. Posteriormente, las nuevas relaciones se amplían y profundizan, las relaciones comunistas y el hombre nuevo se desarrollan hasta un nivel superior que garantiza su dominio irreversible, dado que las relaciones capitalistas han sido abolidas a escala mundial o, al menos, en los países desarrollados e influyentes del sistema imperialista.

La construcción socialista contiene la posibilidad de una reversión de su curso, de un retroceso al capitalismo. Tal retroceso no es un fenómeno nuevo en el desarrollo social y en todo caso constituye un fenómeno temporal en su Historia. Es un hecho irrefutable que ningún sistema socio-económico se ha consolidado inmediatamente en la Historia de la Humanidad. El tránsito de una fase inferior de desarrollo a otra superior no es un proceso ascendente directo. Esto lo demuestra la propia historia del triunfo del capitalismo.

La formación de un modo de producción comunista comienza por la socialización de los medios de producción concentrados, por la Planificación Central, por la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de la economía y por la distribución planificada del producto social, con la formación de instituciones de control obrero. Sobre la base de estas nuevas relaciones económicas, las fuerzas productivas, el hombre y los medios de producción se desarrollan rápidamente, la producción y la sociedad entera se organizan. Se llega a la acumulación socialista, un nuevo nivel de prosperidad social.

En el socialismo, la socialización, así como toda la organización de la economía y la sociedad, se realiza a través del Estado de la clase obrera, bajo la guía del Partido Comunista, que depende de la movilización de las masas obreras, del control obrero.

Cualquier retraso, o lo que es más importante, cualquier retroceso en el desarrollo de las relaciones comunistas, lleva a la agudización de la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. En base a esto, las contradicciones y las diferencias sociales pueden derivar hacia antagonismos sociales y desembocar en una agudización de la lucha de clases. En el socialismo existe la base objetiva para que, bajo ciertas condiciones, las fuerzas sociales pueden actuar como portadoras potenciales de las relaciones explotadoras, como ocurrió finalmente en la URSS.

Después de cierto período, el Partido perdió gradualmente sus características revolucionarias y, como resultado, las fuerzas contrarrevolucionarias fueron capaces de dominar el Partido y el poder.

Caracterizamos los acontecimientos de 1989-1991 como una victoria de la contrarrevolución. Fueron el último acto del proceso que llevó al fortalecimiento de las desigualdades y diferencias sociales y, en consecuencia, de las fuerzas de la contrarrevolución y a la regresión social. No es casualidad que tales acontecimientos fueran apoyados por la reacción internacional, ya que la construcción socialista, especialmente durante el período de abolición de las relaciones capitalistas y la fundación del socialismo hasta la II Guerra Mundial sufrió el ataque ideológico y político del imperialismo internacional.

La victoria de la contrarrevolución en 1989-1991 no demuestra la falta de un nivel mínimo de desarrollo de las condiciones materiales necesarias para iniciar la construcción socialista en Rusia.

Sin embargo, el socialismo se enfrentaba a otras dificultades específicas, dado el hecho de que la construcción socialista comenzó en un país con un menor nivel de desarrollo de las fuerzas productivas (medio-débil, como V.I.Lenin lo definía) en comparación con los países capitalistas avanzados y un alto grado de distribución desigual en su desarrollo debido a la amplia supervivencia de relaciones precapitalistas, especialmente en las ex-colonias asiáticas del imperio zarista. El socialismo se enfrentó a los desastres de la II Guerra Mundial, mientras  que las potencias capitalistas, como EE.UU, nunca experimentaron una guerra en su territorio. En contraste, utilizaron la guerra para superar la gran crisis económica de los años 30.

El gigantesco desarrollo económico y social que se logró en tales condiciones demuestra la superioridad de las relaciones comunistas de producción incluso en su fase inicial de desarrollo.

La contrarrevolución en la URSS no fue resultado de una intervención militar imperialista, sino más bien un proceso interno y desde arriba, como resultado de la mutación oportunista del Partido Comunista y la consiguiente dirección política del poder soviético.

Priorizamos los factores internos, las condiciones socio-económicas que reproducen el oportunismo sobre la base de la construcción socialista,  por supuesto, sin subestimar el efecto a largo plazo y la interferencia polifacética del imperialismo en el desarrollo del oportunismo y su evolución en fuerza contrarrevolucionaria.

En consecuencia, la naturaleza científica y de clase de las políticas del Partido Comunista es una condición previa fundamental para la construcción socialista. Si estas características se pierden, se instala el oportunismo, el cual, si no es atajado a tiempo, deviene en fuerza contrarrevolucionaria.

Nuestro Partido ha asumido sus responsabilidades con respecto a las evaluaciones erróneas y la debilidad teórica en entender profundamente y a tiempo todos estos desarrollos.

El tratamiento crítico de la postura del KKE en relación a la construcción socialista no denigra el hecho de que nuestro Partido, a lo largo de su Historia, fiel a su carácter internacionalista, defendió el proceso de construcción del socialismo-comunismo en el siglo XX, con las vidas de miles de sus militantes y cuadros. Ha sido y sigue siendo una elección consciente de nuestro Partido la defensa combativa del socialismo en el siglo XX.

El KKE no se unió a las fuerzas que, surgidas del movimiento comunista, y en el nombre de la crítica a la URSS y los otros países, fueron llevadas al nihilismo, a la negación de su carácter socialistas, a la adopción de la propaganda del imperialismo; tampoco hizo una revisión de su defensa del socialismo, a pesar de sus debilidades.

 

La tragedia que están experimentando los pueblos de la antigua URSS así como los pueblos de todo el mundo no tienen precedentes tras las disolución de la URSS y el derrocamiento del sistema socialista (1991-2022)

1. Explotación brutal del hombre por el hombre. Conquistas de la clase obrera y de los pueblos logradas a lo largo de décadas acabaron arrojadas al basurero. Condiciones de trabajo semejantes a las de la Edad Media. Disolución de la seguridad social. Restricción de libertades y derechos sindicales. Aumento del desempleo. Crisis económicas y una serie de leyes antailaborales-antipopulares. Agudo problema de vivienda. Subastas de primeras viviendas. Riesgo de pobreza energética, subida de precios, inflación que desgasta el ingreso popular. Altos impuestos.

2. Abuso de mujeres, aumento de la desigualdad entre hombres y mujeres. Falta de protección de los niños. Aumento del consumo de drogas. Aumento de casos de abuso de niños (como p.ej. en el caso de la ONG “Kivotos” en Grecia). Aumento del racismo, del nacionalismo, del fascismo-nazismo. Represión y violencia estatal. Interceptaciones telefónicas y seguimientos por parte de agencias de inteligencia nacionales y extranjeras, corrupción y escándalos.

3. Intensificación de los antagonismos imperialistas. Contradicciones, conflictos, guerra imperialista, con la guerra en Ucrania siendo la más reciente. Olas de refugiados e inmigrantes. Riesgo de amenaza nuclear.

4. Destrucción del medio ambiente. Intensificación de las catástrofes provocadas por fenómenos meteorológicos, sin protección para las familias populares (inundaciones, terremotos, incendios). Pobreza energética y falta de electricidad, energía. Riesgo de crisis alimentaria. Guerra por el agua.

Y tantos otros; un sinfín de problemas. Estos es el capitalismo, brutal e implacable para los pueblos y los jóvenes.

Los que esperaban o calculabanuna mejora de la situación internacional, un nuevo período de prosperidad para los pueblos de los distintos países del mundo y de todos los continentes, se vieron muy decepcionados.

Los capitalistas tenían un plan. Los aparatos burgueses trabajaban sistemáticamente para restaurar la barbarie mediante el derrocamiento del socialismo y la disolución de la URSS. Su aparato de propaganda engañó a gente pura que creía en algo más hermoso.

Muchos se han dejado llevar por este camino. Ya es la hora de entender cómo y quiénes socavaban el esfuerzo de los trabajadores, de la gente progresista, de los comunistas, para hacer la humanidad retroceder a momentos anteriores de su historia. Todos ellos, con motivo del centenario de la fundación de la URSS que recordamos y celebramos este año, quizás sea el momento de sacar conclusiones significativas, y con la mano en el corazón y la mente más clara, unirse al gran ejército de la revolución mundial.

 

Camaradas:

Estamos convencidos de que los derrocamientos contrarrevolucionarios no han cambiado el carácter de la época. El siglo XXI será el siglo de un nuevo auge del movimiento revolucionario mundial y de una nueva serie de revoluciones sociales. Las luchas que se limitan a defender algunas conquistas, aunque son necesarias, no pueden aportar soluciones verdaderas y permanentes. La única solución y perspectiva inevitable sigue siendo el socialismo, a pesar de su derrota de finales del siglo XX.

La necesidad del socialismo surge de la agudización de las contradicciones del mundo capitalista contemporáneo, del sistema imperialista. Emana del hecho de que en la etapa imperialista de desarrollo del capitalismo, que se caracteriza por la dominación de los monopolios, las condiciones materiales que hacen necesaria la transición a un sistema socio-económico superior han madurado completamente.

Nuestro partido seguimos estudiando e investigando la construcción socialista, codificando mejor las conclusiones y cuestiones que aún no hemos abordado de forma exhaustiva. Al mismo tiempo, hacemos un esfuerzo intenso para que estas conclusiones y evaluaciones se pongan a la disposición de toda la militancia del Partido y de la KNE, y sobre todo de los militantes más jóvenes.

A partir de esta tarea se juzga también la capacidad del Partido de vincular de manera integral su estrategia con la lucha diaria, elaborar objetivos por los problemas inmediatos de los trabajadores, en combinación con la estrategia para la conquista del poder obrero revolucionario y la construcción socialista.

 

05.12.2022