Enlaces a las páginas anteriores del KKE
Los pueblos de la URSS entonces y hoy
Unos días como estos, a mediados de enero del lejano 1942, terminó la Batalla de Moscú, con el Ejército Rojo derrotando a las hordas nazis, que desde octubre del 1941 habían llegado a las afueras de la capital soviética. Esta fue la primera gran victoria contra el nazismo ante las puertas de Moscú, que marcó en el horizonte la perspectiva de la victoria contra el eje fascista.
* * *
El escritor kazajo Baurzan Momisouli, que participó en la Batalla de Moscú entonces como mayor (se retiró con el grado de coronel) y más tarde fue proclamado Héroe de la URSS, escribió lo siguiente sobre aquella batalla heroica:
«¿Para qué estoy viviendo? ¿Para qué estoy luchando? ¿Por qué estoy dispuesto a morir en esta tierra empapada por la lluvia en las afueras de Moscú? ¿Por qué yo, un hijo de las estepas lejanas, un hijo de Kazajstán, un asiático, me encuentro luchando aquí por Moscú, defendiendo esta tierra en la que mi padre, mi abuelo y mi bisabuelo nunca pisaron su pie? Estoy luchando con una pasión sin precedentes y que ningún amor podría haber despertado dentro de mí. ¿De dónde viene esta pasión?
Los kazajos dicen: «Un hombre es feliz donde se le cree, donde se le ama». Recuerdo otro proverbio kazajo: «Es mejor ser nada por tu propia nación que un sultán por una nación ajena». Para mí, el país soviético es mi nación, ¡mi patria!
Yo, un kazajo orgulloso del pueblo de la estepa, de sus leyendas, de sus canciones, de su historia, ostento ahora con orgullo el rango de oficial del Ejército Rojo, al mando de un batallón de soldados soviéticos: rusos, ucranianos, kazajos. Mis soldados, obligados a cumplir todas mis órdenes sin rechistar, siguen siendo hombres iguales a mí. Para ellos yo no soy su jefe, ni un hombre de la clase dominante. Nuestros hijos van juntos al colegio, nuestros padres viven el uno al lado del otro, compartimos las mismas penurias y tristezas de una época difícil...
¡Por eso lucho en las afueras de Moscú, en esta tierra que mi padre, mi abuelo y mi bisabuelo nunca pisaron su pie!».
* * *
El heroico recorrido de batalla de este batallón al mando de Baurzan Momisouli está descrito en el libro histórico-literario «La Carretera de Volokolamsk» de Aleksandr Beck, publicado por «Sichroni Epochi».
Pero, ¿qué diría hoy Baurzhan Momisouli, si se enterara de que los hijos de los inmigrantes kazajos, es decir, de los que se vieron obligados por los callejones sin salida de la vía capitalista a marcharse lejos de las estepas de Kazajstán, esta vez para ganarse la vida en Moscú y otras ciudades rusas, están enfrentando la inaceptable ley que prohíbe a los hijos de inmigrantes frecuentar las escuelas rusas a menos que demuestren que conocen bien la lengua rusa? ¿Que cae dentro de la «responsabilidad individual» de sus padres inmigrantes garantizar, entre otras cosas, que sus hijos aprendan ruso para que puedan ir a la escuela en el lugar donde ellos trabajan?
¿Qué diría al ver a dos pueblos, rusos y ucranianos, que en sus tiempos habían luchado juntos, hombro con hombro contra el fascismo, que es carne de la carne del capitalismo, matándose hoy por ver qué capitalistas se quedan con los yacimientos de litio, uranio, petróleo, gas, carbón, hierro, las tierras raras, la riqueza mineral en general, así como los puertos, las fábricas, las redes y todo lo que una vez fue propiedad de todos los pueblos soviéticos y apoyó su prosperidad común? ¡Seguro que se le daría rabia!
* * *
Se preguntaría, por supuesto, ¿cómo llegamos a tal punto y cómo es posible que todo esto esté ocurriendo hoy? Y también por qué los pueblos, que tienen la fuerza, la experiencia histórica y el conocimiento, permiten el derramamiento de sangre por intereses ajenos, permiten que se reavivan el nacionalismo y el racismo, la explotación de clase del hombre por el hombre, las barreras de clase a la educación y todos los demás callejones sin salida sociales de la sociedad capitalista moderna.
Entonces seguro que volvería a la batalla, esta vez no para apoyar un bando de los intereses capitalistas u otro, como vemos que están haciendo estos días los mercenarios occidentales en Ucrania (en nombre de la falsa «libertad» de la OTAN y de la «lucha contra el revisionismo ruso»), o los nacionalistas serbios en Rusia (en nombre del paneslavismo y la Ortodoxia), sino para poner el capitalismo y la barbarie que éste difunde en el basurero de la historia para siempre...
Eliseos Vagenas, miembro del CC del KKE y Jefe de la Sección de Relaciones Internacionales del CC del KKE
Publicado el 14/1/25 en el periódico «Rizospastis» , órgano del CC del KKE.