Condenamos la nueva decisión anticomunista del gobierno de Fiala y del parlamento de la República Checa que entre las modificaciones del Código Penal que ha aprobado, criminaliza “toda forma de apoyo y promoción del Movimiento Comunista”. Expresamos nuestra solidaridad con el Partido Comunista de Bohemia-Moravia y los comunistas en la República Checa, contra este desarrollo inaceptable de la criminalización de la vida política en el país. Reiteramos nuestra oposición a cualquier idea de ilegalizar al Partido Comunista en la República Checa.

La criminalización del anticomunismo que se promueve en la República Checa aplica la teoría de los “dos extremos” que carece de base histórica, la equiparación del monstruo del fascismo-nazismo con el socialismo-comunismo, de los enfoques anticientíficos de los “regímenes totalitarios”. Estos son partes integrantes de la política de la Unión Europea y desde hace años han sido implementados en más de un tercio de sus Estados-miembros donde se han puesto en práctica diversos tipos de prohibiciones a expensas de Partidos Comunistas, símbolos comunistas, la ideología comunista, e incluso de todo el período histórico de la construcción del socialismo en la URSS y en otros Estados de Europa.

No es la primera vez que la República Checa intenta tomar medidas de este tipo que sin embargo fueron canceladas por la lucha popular. El nuevo intento de criminalizar el comunismo tiene lugar en el año de conmemoración del 80 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, de la Gran Victoria Antifascista de los Pueblos. Es una gran provocación para los pueblos el intento de identificar a la URRS, al Ejército Rojo, a los Partidos Comunistas que dirigieron la lucha heroica de los movimientos guerrilleros contra los nazi ocupantes y el monstruo nazi-fascista.

Es un insulto a la memoria de millones de luchadores, de sus hijos y nietos, que dieron su vida por la Victoria Antifascista. El intento de distorsionar la Historia y la memoria de los pueblos, la prohibición de la libre circulación de ideas, del debate político a la supuesta “libertad y democracia” de la UE, llega al punto de derribar monumentos antifascistas, restaurar y homenajear como héroes a fascistas locales integrados a la Wermacht nazi alemana y a los SS, como ocurre desde hace años en los países bálticos. 

Lo que les “duele” a los capitalistas, sus gobiernos y la UE, especialmente en los países donde se estableció el socialismo, es que los pueblos tienen un punto de referencia. Ven los impasses del bárbaro sistema de explotación al que sirven los gobiernos burgueses y se llenan de nostalgia para el socialismo, que a pesar de sus debilidades, ofrecía a los pueblos un nivel de vida enormemente superior  hace 50 años al que ofrece hoy el capitalismo. Tales intentos “blanquean” a los fascistas y sus colaboradores, favorecen a sus nostálgicos y sirven como herramienta para la escalada de la ofensiva antipopular de la UE y de sus Estados miembros contra los derechos obrero-populares.

En los 80 años de la Gran Victoria Antifascista de los Pueblos afirmamos que la barbarie capitalista y el anticomunismo no prevalecerán, que la verdad histórica triunfará. Los pueblos pasarán de nuevo a primer plano y el siglo 21 verdaderamente será el siglo de las nuevas revoluciones obreras.


Atenas 05/06/2025